Prevención del delito y cultura de seguridad

  Prevención del delito y cultura de seguridad
  • Vicente Soto Pelegrín
  • Criminólogo col. Nº 21 ICOC – Director de Seguridad N º 7.005
  • http://sotoypovedaasociados.es     info@sotoypovedaasociados.es

      En el mundo empresarial y por extensión en pymes, comercios, instituciones, organismos, asociaciones y fundaciones, encontramos que estas entidades tienen dos situaciones de riesgo delincuencial: el delito interno y el delito externo.

El delito interno está marcado por los actos ilegales cometidos por los propios empleados del centro, que pueden ir desde un simple hurto a una gran estafa o fraude. Esto quiere decir que cualquier empleado independientemente de su cargo podrá cometer un delito; un directivo normalmente buscará una estafa a la empresa, también podría cometer un hurto, pero su posición le ayudará con una acción más arriesgada y lucrativa. No hay que olvidar que con la LO 1/2015, de 30 de marzo la empresa es responsable de aquellos actos punibles que cometan sus empleados[1]. En el otro polo tenemos al operario al que le queda muy lejos la estafa, sin embargo el hurto está al alcance de su mano.

El delito externo es aquel producido por agentes ajenos a la empresa bien por profesionales bien por personas socialmente normales que aprovechan la oportunidad. También consideramos como delito externo,  en el ámbito del comercio, los fraudes cometidos por proveedores.

A la prevención situacional no le interesa en la misma medida las causas de la delincuencia tanto como los actos criminales. Le interesa estudiar y tomar las medidas necesarias para impedir o dificultar el delito, buscando  en qué periodos y lugares se da el delito y de qué forma se lleva a cabo. El ambiente físico y social, la circunstancia en el funcionamiento de la empresa u organización,  más la disposición del individuo es la ecuación planteada para la aparición del delito. Es decir, la oportunidad que dan las circunstancias, la falta de vigilancia en el ambiente concreto y la motivación del delincuente son las premisas fundamentales.

Los robos cuestan unos 1.600 millones de euros al comercio, tanto en grandes almacenes (55% de los hurtos) como en pequeño comercio.  El 58% de estas empresas no gestionan las denuncias realizadas.[2]

El análisis del delito que hace el delincuente, esto es, calcular el coste de cometer el delito (la pena)  contra los beneficios que obtiene por cometerlo, le da la decisión  de cometerlo o no. Con la evolución de la informática, los métodos utilizados por los delincuentes también han evolucionado. El delincuente encuentra aquí que el coste para él del delito se reduce. En el año 2014 se produjeron en España 32.842 [3]fraudes informáticos de un total de 49.600 delitos informáticos.

El concepto de “cultura de seguridad” nace en los años 80 con el accidente  nuclear de Chernóbil, conocido en principio como “cultura preventiva”. En un principio solo se trataba de prevención de riesgos laborales, pero con el tiempo se extiende a cualquier tipo de actuaciones en Seguridad ante cualquier tipo de riesgos. En este curso nos centraremos en la seguridad a cargo de un Departamento de Seguridad.

Es la cultura preventiva, mejor dicho, las actuaciones preventivas, las que dan sentido a la Seguridad. Las actuaciones se llevan a cabo con normas, protocolos, y la gestión de los medios humanos, físicos y organizativos.

En  un país como España, la seguridad no es un elemento que se tenga muy en cuenta en la empresa privada y en algunas instituciones porque se piensa que la seguridad es un mal necesario, porque no se ve la producción y  porque está muy interiorizado el famoso “a mí eso no me pasa”.

La seguridad siempre es prioritaria, independientemente del tipo de actividad de la empresa, sin embargo en algunos sectores[4]  no es que sea prioritaria, es indispensable y eje de la empresa.

Para establecer un Sistema de Seguridad eficaz, tan importante es disponer de medios como la propia actitud pro seguridad de los trabajadores. Los accidentes, las negligencias, la falta de medios, la (falta) de salud, el descontento laboral, la competencia desleal, los delitos patrimoniales  etc., merman la seguridad y esto se traduce generalmente en pérdidas económicas, en pérdidas de información o en pérdidas de producción. Las consecuencias afectan generalmente a la empresa pero también afecta a los trabajadores.  El mal endémico es pues, no sólo la falta de nociones en materia de seguridad por parte de los dueños, directivos, responsables de producción, empleados, etc., sino la falta de credo en la Seguridad.

Ahora bien, ¿qué es la Cultura de Seguridad? Definimos la  cultura de la seguridad como el conjunto de valores, actitudes, competencias y comportamientos, tanto del trabajador como de la empresa, desarrollados individual o colectivamente y que van a determinar la gestión de la seguridad diariamente.

En la mayoría de las empresas se confunde la seguridad con la prevención de riesgos laborales. Esta situación lleva a la aberración de que los planes de autoprotección los redacta exclusivamente un  preventista laboral.

La concienciación de los empresarios y empleados es la mejor manera de llegar a tener un Sistema de Seguridad aceptable. ¿Sólo aceptable? La eficacia de la Seguridad pasa necesariamente por contar con un Departamento de Seguridad en  grandes y empresas y organismos. ¿Qué ocurre con las PYMES? La Ley no les obliga a contar con un departamento de seguridad, sería absurdo.[5] No obstante, sí pueden buscar asesoramiento externo para evitar ciertos delitos.

¿Cómo se adopta una  Cultura de Seguridad?

– Concienciar a la dirección o dueño de la empresa: Que una Empresa, Organismo o Institución comprenda lo necesario que es un Departamento de Seguridad (donde sea obligatorio) hace  imprescindible que sus dirigentes  crean en la Cultura de Seguridad; que conozcan sus ventajas, que conozcan también  los inconvenientes de no invertir en Seguridad. Si los dirigentes no están concienciados, difícilmente se concienciaran los empleados.

– Concienciación de los trabajadores: Una vez concienciados los dirigentes es el momento de hacer lo mismo con los empleados.  La comunicación de doble sentido,  vertical y horizontal, es el pilar básico para un correcto funcionamiento de la Cultura de la Seguridad.  La comunicación nos da información, esta información es clave para corregir errores en la producción y para corregir fallos de seguridad.

 – Formación: Para concienciar a todos los componentes de la Empresa, la mejor manera es dotar a los empleados y  directivos de formación en Seguridad. Estos deben ser competentes, sentir que tienen responsabilidades y ser sensibilizados de las consecuencias que tienen sus actividades. En definitiva que interioricen los fundamentos de la Seguridad. La formación debe ir de la mano de dotar a los empleados  de las herramientas necesarias y eficaces  para realizar su trabajo (Utensilios, protocolos, guías técnicas, material…)

– Implementando un Plan de Seguridad a través del departamento de Seguridad. [6]

– Control de las actividades. Es necesario  controlar las actividades para comprobar que se realizan correctamente.  Esto nos da una visión de la calidad de la implantación de los diferentes planes y protocolos y su seguimiento. Las Auditorías internas realizadas por el Departamento de Seguridad son importantes,  pues con ellas detectamos fallos, podemos prevenir mejor.

Premios. Establecer premios para aquellos que, con sus buenas actuaciones,  impidan pérdidas de cualquier índole a la empresa, motiva al resto del personal.

La visión  que se tenía de la Seguridad hasta hace bien poco era como “un mal necesario”,  de aspectos retrógrados, basada en una operativa tradicional.  Su finalidad era tomar mercado. Hoy en día la Seguridad está basada en un sistema integral. Algunas de sus características y ámbitos de trabajo son la Inteligencia, el Networking,  el eCrime,  los Planes de Seguridad, los Planes de Contingencia, el manejo de crisis y situaciones de emergencias…

Sólo es necesario que se abandonen los tópicos.

Vicente Soto Pelegrín

[1] En la Ley Orgánica 5/2010, ya se recogía  la responsabilidad penal de las personas jurídicas en determinados delitos, aparcando el  principio “societas delinquere non potest”.

[2] http://www.eleconomista.es/distribucion/noticias/6596797/03/15/La-distribucion-pierde-cada-ano-por-robos-1600-millones-de-euros.html

[3] http://oedi.es/estadisticas/

[4] Sectores como el aeronáutico,  nuclear, sanitario o alimentario

[5] http://www.interior.gob.es/web/servicios-al-ciudadano/normativa/reales-decretos/real-decreto-2364-1994-de-9-de-diciembre#art.%2096

[6] Los supuestos de obligatoriedad legal  de creación por una empresa privada o pública de un Departamento de Seguridad está recogida:

En el artículo 96 del Reglamento de Seguridad Privada R.D. 2364/1994 y sus posteriores modificaciones que fija los supuestos de existencia obligatoria del Departamento de Seguridad con  la condición de tener al frente a un Director de Seguridad :

-En las empresas o entidades que constituyan, en virtud de la disposición general o decisión gubernativa, Departamento de Seguridad.

-En los centros, establecimientos o inmuebles que cuente con un servicio de seguridad integrado por 24 o más vigilantes de seguridad o guardas particulares del campo, y cuya duración prevista supere el año, considerando a la suma de totalidad de los vigilantes que trabajen diferentes centros y delegaciones de trabajo no en un solo centro de trabajo.

-Cuando así lo disponga la Dirección General de la Policía para los supuestos transnacionales, el Delegado del Gobierno o autoridades , atendiendo al volumen de los medios personales y materiales, tanto físicos como electrónicos, como al sistema de seguridad , así como la complejidad de su funcionamiento y el grado de concentración de riesgo.

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