De violadores y criminólogos

Hace tres años en una reunión con criminólogos hablaban mis compañeros sobre acabar con la violencia de género, en concreto con los asesinatos que es el delito más terrible que puede sufrir un ser humano. Yo mantuve que no se podía eliminar, que se podía reducir, pero que habría que lidiar siempre con una tasa de delito mínimo que la Sociedad debía asumir. Alguno de mis colegas no estuvo de acuerdo, es más, decía que para eso se había convertido en criminólogo, para eliminar el asesinato sobre la mujer. De hecho el único delito que le preocupaba era el cometido sobre la mujer. Le pregunté por qué no le preocupaban el 82% de los asesinatos. Todavía espero la respuesta.

Es demasiado pedante pensar que a día de hoy estamos en disposición de acabar con este delito; el asesinato es tan antiguo como el ser humano y si no hemos podido erradicarlo de nuestra vida a lo largo de nuestra existencia, qué nos hace pensar que lo vamos a conseguir con un par de leyes, recordemos a los profanos que el Derecho sólo actúa cuando el delito ha aparecido, no antes; no podemos imitar a John Anderton, protagonista de la novela de Philip K. Dick, y detener a los asesinos antes de que cometan el crimen.

Actualmente[1] hay en las prisiones del País 3.346 hombres y 299 mujeres cumpliendo condena por homicidio y sus formas. Cumpliendo condena contra la libertad sexual hay 3.239 hombres y 45 mujeres. No contemplo los preventivos ni los condenados del derogado código penal, anterior a 1995.

La mujer tiene un depredador natural, el violador. Hay un sector de la población femenina, a las que se añaden hombres, que piensan que los hombres somos malos por naturaleza, (aunque yo prefiero seguir a Jean-Jacques Rousseau) y afirman que todos los hombres somos potenciales asesinos, de acuerdo, pero añado que cualquier persona, mujer incluida puede ser una asesina si se dan las circunstancias y la motivación adecuada, de hecho todos podemos ser potenciales delincuentes. Cuando afirmo esto pienso en MARÍA (nombre figurado), María estudiaba conmigo francés hace 25 años. Era mi compañera de mesa. Dulce y apacible. Voz delicada. No acabé el curso. Años después, leyendo un periódico local, vi su nombre en primera plana: “Una mujer decapita a su hijo de 22 meses e intenta suicidarse”. Iba a perder la custodia de su hijo.

 Nos salva de cometer un delito grave los factores de protección que tenemos. Empero, hay individuos que no sólo no tienen factores de protección sino que presentan rasgos del DSM-IV. Los delincuentes sexuales de adultos son dependientes, antisociales y compulsivos y con trastornos de personalidad límite. Tiene dificultad para las relaciones interpersonales. Actúan de forma impulsiva y sin medir las consecuencias, no les importa. Los rasgos de personalidad paranoide hace que se sientan amenazados por los demás y reaccionan con violencia.

Entre el 5% y 7% de los presos que cumplen condena en España lo hace por delitos sexuales.

El sexo, el poder y el dominio, humillar a la víctima, son motivaciones básicas de los agresores sexuales, pero no tienen por qué darse todos ellos en el mismo agresor. Vencen las inhibiciones internas gracias a las distorsiones cognitivas. El violador colérico tiene en la agresión sexual un medio para descargar sentimientos de cólera y busca dañar a la víctima lo máximo posible. El violador por poder que desea poseer sexualmente a la mujer, no buscando sexo sino demostrar ‘lo hombre que es’, y no infligir otro daño adicional. Hay varias teorías que explican esta clase de delito como un mal desarrollo infantil, el modelo integrado de MacFarlane y Cunninghan (1996), el modelo de Finkelhor (1994), etc. ¿Qué hacemos con un violador sádico cuyo propósito es dañar a las víctimas física y psicológicamente? ¿Qué hacemos con los inimputables?

Esta introducción me lleva al último asesinato de una mujer, Laura, esta vez no es por VIOGEN, es por una violación. Aunque desde diferentes medios de comunicación, asociaciones y partidos políticos ya se tilda de violencia machista. Bien, podemos quedarnos con el envoltorio del problema como se viene haciendo en la última década. La Sociedad vuelve a soliviantarse ante un nuevo asesinato de una mujer, ira y enojo que no aparece con otros tipos de asesinatos. Las redes sociales, siempre llenas de “próceres” opinantes, no ayudan a dar luz al motivo del delito. Éste es consustancial al ser humano y nos negamos a admitirlo.

La CE expone en su Artículo 25.2 que las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados. Esto nos lleva a dejar en libertad a violadores, pederastas y asesinos cuando han cumplido condena, como cualquier delincuente. Cosa que ocurrió con la derogación por parte del Tribunal Europeo de la doctrina Parrot y quedaron en libertad contra la opinión de las Juntas de Tratamiento, una docena de violadores y pederastas peligrosos como Pedro Luis Gallego, el violador de la Paz’, Félix Vidal Anido, ‘el violador del estilete’, Pablo García Ribado, ‘el violador del portal’, Antonio García Carbonell, Juan Manuel Valentín Tejero y Manuel González González, el ‘loco del chándal’, todos reincidieron al poco de salir, dejando nuevas víctimas y familias destrozadas. Durante[2] un período de 4 a 5 años aproximadamente entre un 10-15% de los agresores sexuales cometen un nuevo delito sexual (Hanson & Bussière, 1998)

 Nuestro problema es que estando en un Estado de Derecho no aceptamos que hay individuos muy peligrosos, irrecuperables, que deben estar inocuizados. Argumentaba Franz von LISZT, “Contra los incorregibles debe la sociedad protegerse…..y como no queremos decapitar ni ahorcar, y no podemos deportar, sólo queda la cadena perpetua(o por tiempo determinado)”. Esto es, traducido a la actualidad, la prisión permanente revisable que no es un concepto nuevo como vemos. Debo añadir que el aumento de penas no es un elemento disuasorio contra el criminal, el individuo motivado para matar a su mujer o matar a la persona con quién se cruce, no se va a detener porque la posible condena pase de la horquilla del homicidio de 10-15 años a 25-30 años. Pero un individuo neutralizado, repito peligroso e irrecuperable, no delinque.

Una de las medidas para combatir el delito es la prevención. Prevención que para que sea efectiva debe empezar desde la infancia del individuo. No nos sirve hablar de prevención en términos absolutos cuando estamos ante individuos con una larga carrera delictiva violenta. Y en la Prevención entran en liza los medios de comunicación, la escuela, el grupo de iguales y la familia. Necesitamos una televisión que eduque, no que enoje o asuste al ciudadano, con contenidos adecuados a cada edad; necesitamos recuperar la corrección moderada y razonable que se hurtó a los padres del 154 del Código civil (no las palizas) y que ha convertido a muchos padres en esclavos de sus hijos; necesitamos recuperar el respeto debido a un anciano y cederle el asiento en el autobús (cosa que no hacen los adolescentes anestesiados con el móvil); necesitamos recuperar a maestros vocacionales y apoyarles desde las instituciones; necesitamos políticos que nos den soluciones y no provoquen más problemas buscando votos en las alcantarillas… Por supuesto no me olvido de los diferentes profesionales que viven cerca del crimen y del criminal.

Por otra parte tenemos el vendido cuarto poder que dirigidos por sus financiadores, arriman el ascua a la sardina de su patrón. A raíz de este asesinato están propagando el miedo en la mujer: «No me atrevo a correr sola»: experiencias de mujeres que han cambiado sus hábitos por miedo. (El País). Miedo a correr sola (Diario Información). «Queremos correr solas y sin miedo»: las mujeres reivindican su libertad en las redes sociales (El Periódico de Cataluña) ¿Qué se busca con eso? Crear corriente de opinión política, en cristiano, votos. Estadísticamente es más probable que te asesinen si eres hombre que si eres mujer. Por supuesto si eres hombre es menos probable que te violen. En las tablas siguientes obtenidas de organismos oficiales se refleja esta afirmación.

 Tasas de homicidios y criminalidad por sexo, tipo de tasa y periodo.

                    2017 2016 2015 2014 2013 2012 2011 2010

Hombres 1,29 1,24 1,30 1,13 1,14 1,52 1,67 1,50

Mujeres 0,15 0,22 0,23 0,19 0,20 0,19 0,27 0,22

Fuente: INE

 Homicidios /asesinatos

Año     Total  mujeres

2012     364       52

2013      302      54

2014     323       55

2015      302     60

2016      294      49

2017     308       51

2018     227       46

Fuente Ministerio Interior

Fuente columna de mujeres: instituto de la mujer

España, en general es un país seguro. En el enlace siguiente se puede apreciar que también es uno de los países de Europa con menos delitos sexuales, https://ec.europa.eu/eurostat/web/crime/statistics-illustrated y alguien puede decir que no tendría que haber ninguna violación, pues no, ni tampoco parricidios, ni suicidios, ni robos, ni injusticias.

Queremos una Sociedad sin crímenes. Adolf Huxley ya escribió sobre una sociedad sin delitos, en la que aventuró la tecnología reproductiva, los cultivos humanos, las recetas de drogas para combatir la depresión, la ira, en definitiva, las emociones. Un mundo sin pobreza, sin guerra  y con libertad sexual. Como todo, tenía un coste, en la novela desaparece la familia, la religión, la filosofía, el amor… Un mundo feliz, sin sentimientos.

Y al final, en un rincón de la calle están los criminólogos, deseando aportar sus conocimientos para mejorar un poquito la Sociedad. Difícil misión, no porque no estén preparados sino porque los políticos, otra vez ellos, no les dejan, no nos dejan, no reconocen oficialmente el trabajo de Criminólogo.

Vicente Soto. Criminólogo colegiado

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